lunes, 19 de marzo de 2007

otro palo de la jungla

La amazona y la loba esteparia
demarcaron su territorio:
una hectárea urbana
que vigilan en silencio y en guardia permanente.
La recorren sin hablarse ni mirarse.
Se reparten los flancos a patrullar.
Caminan todo el día con las armas listas.
Y por la noche se sientan a llorarle a la luna,
porque no recuerdan
dónde enterraron a sus hijos.

4 comentarios:

c. dijo...

(tu jungla tan urbana me paralizó)

ziNziA dijo...

estoy soltando a las fieras

Anónimo dijo...

Fieras al acecho y en pagos urbanos...

ziNziA dijo...

yo espero que estas fieras encuentren su hábitat