Primero en llegar,
último en salir,
el único tuneado
es el auto del playero.
Acelera frustrado,
quieto en el asfalto,
quieto en la cuadrícula que ordena
a los demás autos
pitucos, silenciosos, útiles.
Acelera con fuerza y grita.
Escupe contra la pared
el escape frustrado
del taunus, torino o toyota,
que no va a ninguna parte
en todo el día.
Sólo pega un alarido
cuando llega y cuando se va
contra mi almohada
contra mi cabeza
en la cabeza
del león
enjaulado
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