I
Viajo por el espacio inminentemente colapsable.
Transito por el aeropuerto del pánico internacional.
Circulo por una atmósfera catastrófica.
Navego por una laguna de virus.
Y vuelvo al mismo lugar.
En Brasilia,
paseo por la ciudad del concreto artístico.
Recorro el laboratorio urbano de la utopía sesentista,
el diseño vivencial del monoblock iluminado.
Y debajo de una autopista
me encuentro una lechuza.
Dice la lechuza al escorpión: “no te enamores de un extranjero”.
Dice el escorpión: “todos somos extranjeros”.
Dice la lechuza: “entonces no te enamores”.
Dice el escorpión: “ya es tarde, me acabo de enamorar de ti, sabia criatura”.
Entonces la lechuza voló lejos.
Y el escorpión siguió caminando
con un sello más en su pasaporte.
6 comentarios:
diálogo influenciado por el tachero suizo, pensé
muy lindo, muy shao-lin
hermoso!
Gracias Ana! y bienvenida al cúmulo!
Gracias anónimo también.
muy lindo, nena.
pero también quiero relato relato del viaje.
no se, soy convencional?
El relato quedó en la caja negra...
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